¿No tenéis la sensación de que la Navidad cada año llega más pronto?...Los turrones se ven antes en los súpermercados, los adornos en las tiendas, las luces en las calles...no sé, todo es antes. Yo recuerdo que cuando era "más" pequeña todo esto empezaba en el puente de diciembre, sacábamos los adornos, el árbol, el belén...y en esos días de fiesta pues poníamos todo. Pero es que ahora...¡cómo que apetece! Y he de reconocer que a mi este año me apetece más que nunca. Tanto que yo ya he puesto el árbol, el belén y los poco adornitos que tengo en casa...¡aún sabiendo que mi "Vegoti" (nuestra perrita de un año recién cumplido) puede hacer estragos en uno de esos momentos en los que no estamos en casa!
Cogéis la receta de masa de galletas que más os guste, o incluso una de gingerbread (yo estoy deseando probarla), unos cortantes muy navideños, o en su defecto unos redondos como si fueran las bolas. Preparáis las galletas, y...he aquí el truqui: antes de meterlas en el horno, necesitamos la "herramienta específica para hacer los agujeritos de las adorno-galletas": ¡la pajita de refresco!. Con ésta hacemos los agujeritos y al horno!
Cuando ya las tengamos frías, teñimos un poquito de masa fondant de rojo y otro poquito lo dejamos en blanco y extendemos. Yo les he pasado unos rodillos texturizadores que hacen esos adornos tan monos, de flores, cuadritos, etc...Los pegamos en nuestras galletas con un poquito de pegamento comestible, le hacemos el agujerito al fondant con nuestra sofisticada herramienta y las dejamos secar un poquito.
Por último, sólo nos queda darle brillito con los pigmentos comestibles, en este caso son rojo metalizado y blanco perla, de la marca Rainbow Dust, y le ponemos el lacito y ¡al árbol!
A ver si os animáis a hacerlos, y si no os animáis, porque no tenéis tiempo o no os apetece o no os da la gana, pero os gustaría tenerlos, ya sabéis que yo os los hago.
Bueno amores, os dejo pero antes os voy a felicitar la "Pre-Navidad", y os cuento que también me podéis seguir en facebook, en El Aleteo de la Mariposa.
¡Un besín enorme!