18 julio, 2014

Decíamos ayer...vuelvo con una Crème Brûlée!


"Decíamos ayer..."
Tomo prestadas estas famosas palabra de Fray Luís de León para retomar este blog, este mi blog, abandonado, el pobre, durante una año enterito...Un año intenso, intensísimo, en el que he hecho muchas cosas, pero las principales son dos.

Una es que he vuelto a estudiar!!! Sííiííi, otra vez!!!  Estoy estudiando un ciclo formativo de Panadería y Pastelería, me estoy "profesionalizando", jejeje.
Ya hemos superado el primer curso, y en septiembre iremos a por el segundo. La verdad es que estoy encantada, aprendiendo muchísimo, de mis profes que son geniales y de mis compañeros, mis súper compis, con los que compartimos penas y alegrías, ademas de recetas. consejos, ofertas y cafés, muuuchos cafés, les mando un súper beso a todos ellos, sobre todo la "pandi del termo", ellas saben quienes son... Estoy muy feliz de haberme encontrado con todos ellos, está siendo una experiencia muy enriquecedora (aunque suene pedante decirlo).

La otra es que el 22 de Marzo Mi Novio (a partir de ahora Mi Marido) y yo nos casamos. Fue un día genial, rodeados de toda la gente a la que queremos, disfrutamos muchísimo, reimos y lloramos, pero más reimos. Organizamos una boda en sólo 4 meses...no os lo recomiendo...fueron 4 meses de muchísimo agobio y estrés, pero al final todo salió muy bien. Sí que os recomiendo realizar una boda, es un día precioso, que vale la pena no perderse.

Y claro...que va después de la boda??? La Luna de Miel!!! y dónde me fui de luna de miel??? A la mejor ciudad del mundo, la mas bonita, la mas amorosa y glamurosa...lo sabeis ya? Síiii, PARIS!!! Fue un viaje maravilloso, disfrutamos de cada rincón, de sus calles preciosas, y nos pusimos las botas a pasteles...yo más...es cierto...yo más...Recorrimos todas las pastelerías famosas de la ciudad: Pierre Hermé, Fauchon, Ladurée...ainss Ladurée, tuvimos la suerte de cumplir uno de mis sueños: merendar en su Salón de Té, fue maravilloso, aunque tuviera que soportar la cara de mala leche de Mi Marido durante el resto del día por haber tenido "la merienda más cara de la historia de nuestras vidas". En fin, que me puse ciega a macarons (me comí por lo menos 40 en la semana que estuvimos), millefeuilles, Ispaham, tartaletas de fresas silvestres, eclaires, y hasta comí en el café "Les deux Moulins", el famoso café de la película "Amelie", una maravillosa Crème Brûlée de la que os traigo hoy la receta.

En esta foto me podéis ver a mi misma, en el café  "Les Deux Molins",  a puntito de atacar el postre:


Casi todos hemos visto la película (y los que no la habéis visto ya estais tardando!!!) y sabemos que uno de los pequeños placeres de Amelie es romper con la cuchara la capita crujiente del azúcar caramelizado de la Crème Brûlée, y sí...lo comparto, es un pequeño placer maravilloso! En esta foto podéis ver la que me comí alli mismo, y cómo se aprecia la costrita de azúcar que tenía encima.


Así que, ayer volví a tener la necesidad imperiosa de romper una capita de azúcar caramelizado con una cuchara, así que me puse manos a la obra y realicé mi primera Crème Brûlée, salió estupenda, así que ha sido la receta que he decidido compartir con vosotros para romper también este silencio blogero que ya duraba demasiado tiempo. Ahí va la receta, está tomada de el libro "Sucré, le livre" de Ladurée (siii...me lo compré allí, en el Salón de Té,y me costó lo mismo que la merienda) y es sencillísima de hacer.


Ingredientes: (para 4 raciones)

250 ml de leche entera
250 ml de nata 35% M.G. (en el libro pone "crème fraîche" pero en España es dificil verla en los súpermercados, así que utilicé nata líquida, de brick)
3 yemas de huevo
85 g de azúcar
1 vaina de vainilla
Azúcar blanco y moreno para caramelizar (unos 50g aprox.)

Primero vamos a preparar el horno y los moldes.
El horno lo precalentamos a 100 grados, arriba y abajo.
Sobre la bandeja del horno, yo puse unos moldes grandes de esos de cristal que soportan temperaturas de hornear, dentro de esos moldes de cristal puse los moldecitos (mini ollitas de cerámica), porque los vamos a hacer al baño maría en el horno. El agua no tiene que superar la mitad de los moldes en los que coceremos nuestra Crème Brûlée.

En un cazo ponemos la leche y la nata. Abrimos la vaina de vainilla, raspamos las semillas y las añadimos a la leche y la nata, yo también metí la vaina, me gusta el sabor intenso a vainilla...
Ponemos el cazo en el fuego y llevamos a ebullición, una vez haya hervido, dejamos reposar, tapado durante unos 15 minutos (lo infusionamos).

Mientras, batimos las yemas con el azúcar hasta blanquear.

Cuando hayan pasado los 15 minutos de infusionar la leche y la nata, vamos añadiendolas a las yemas, poco a poco, removiendo la mezcla, y a través de un colador, para que no nos caigan los trozos de vaina de vainilla ni las semillas, aunque a mi personalmente, me encanta ver las semillas de la vainilla en las cremas, me da confianza saber que sabe a vainilla de verdad y no a aroma de vainilla, de hecho en París, todas las cremas pasteleras van con sus semillas, y cuanto más selecta la pastelería, más semillas!!!

Una vez tenemos la mezcla hecha, la vertemos en nuestras "mini ollitas" o el recipiente que vosotros elijáis, yo las llené más o menos hasta la mitad.

Ya sólo nos queda introducirlas en el horno, en el centro más o menos, y esperar hasta que se hagan, en el libro pone 1 hora, yo las dejé 90 minutos, porque puse el horno sólo abajo y cuando me dí cuenta ya habían pasado 30 minutos. No puedo daros una clara prueban de que ya están...porque yo lo hice a ojo, metía un cuchillo y cuando me pareció que ya estaban suficientemente cuajadas las saqué.

Ahora hay que dejarlas reposar, mínimo, durante 2 horas dentro del frigorífico, cubiertas de plástico film para que no se nos reseque la superficie. En este rato, la crema se espesa un poquito más, coge más cuerpo.

Y entonces viene la fase pirómana que más me gusta...CARAMERIZAR A SOPLETE!!!

Bueno, yo me he comprado un soplete de cocina, muy baratito, que me tiene loca, lo ando churrascando todo con el soplete, sólo por diversión...

En principio no tiene mucho misterio, espolvoreamos azúcar sobre nuestra crema, y lo quemamos con el soplete...peeeeero te puede pasar como a mi:

1. Se me fue la mano con el azúcar y cuando conseguí caramelizarlo se me quemó y amargaba.
2. Le puse poco azúcar y no había capita crujiente, y por lo tanto tampoco "pequeño placer cucharil".
3. Perfecto: primero le puse una cucharada rasa de azúcar blanco, normal, lo quemé con el soplete hasta que se puso dorado, y luego una cucharada de azúcar moreno, y también le dí con el soplete, cogió color en seguida y no amargaba nada! Y la capa crujiente perfecta!

Voilà!!!


Y aquí se aprecia la capa de caramelo:



Estaba deliciosa...



Sin más que deciros, sólo que lo probéis, que es muy sencillo y es delicioso!

P.D.: Mon Amour, "Sans toi, les émotions d´aujourdhui ne seraient que la peau morte des émotions d´autrefois".

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